De todas las cosas que me nervian mal, la falta de respeto es, creo, la que más me nervia.
Me pone mal la gente que no saluda, la gente a la que no le interesa el otro, la que quiere hablar todo el tiempo porque piensa que lo único importante que hay para escuchar en el mundo es lo que él/ella tiene para decir.
Me cansan los gritos de la tele cuando escucho una tele (ya no la miro, pero cuando la escucho en algún lugar donde la están viendo, pienso cómo puede ser que la gente esté tan pero tan alienada que no se dé cuenta de cómo gritan todos en la tele). Y la gente que grita todo el tiempo es faltadora de respeto por naturaleza.
Empujar para subir o bajar del tren, no saber darle el asiento a una mina con un bebé a upa o a un discapacitado, ver todos los semáforos en verde -estén como estén-, no frenar en las esquinas, no dejar cruzar al peatón, pegarle porque sí a un perro por la calle, las respuestas chotas, el silencio como respuesta...
La falta de educación se convierte, poco a poco, en falta de respeto por el otro.
Haría una campaña: ¡un día de respeto, por favor! Para que muchos que no lo practican a menudo vean más o menos de qué se trata. Vas a ver que es lindo (iba a decir: "está bueno", pero me dio escalofríos...).
2 comentarios:
No te olvides de las personas "autoreferenciales":
L: Que cansada estoy!
F: Vos estas cansada?! que me queda a mi con 2 crios!!! Vos por lo menos podes dormir...
tenés razón, lu...
Lo que pasa es que algunas personas creen que sus sacrificadas vidas merecerían que se le dedicara un libro completo. Y eso no lo vamos a hacer.
Vamos a matarlos con la indiferencia.
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