miércoles, 27 de mayo de 2009

Conducta en las transacciones comerciales (y dudas inesperadas)

Mi ejemplar de Papeles inesperados está fallado. Hacia la mitad del libro, el papel se hace más fino y deja traslucir el texto del otro lado, lo cual provoca una confusión enorme porque uno no sabe qué está leyendo. A la historia del cronopio en México se le superpone la tos de una señora alemana, que no me deja escuchar lo que leo. Y después de haber leído el manuscrito hallado junto a una mano (que debería poner en sobreaviso a más de uno), no sé qué pensar, por dónde va el asunto.
Como soy una ciudadana correcta (pero que conoce sus derechos y sabe hacerlos valer), ayer llamé a la editorial para solicitar el cambio del ejemplar de marras. A la tribulación con que le transmití mis pesares a María Laura (una diligente y amable operadora) le siguió la sorpresa inconmensurable de escucharla (casi verla) más acongojada, apenada, atormentada o afligida moralmente que lo que yo misma podía estar: "al fin y al cabo es un libro", me dije, "y es mío". No. María Laura no tenía derecho a sentirse más triste que yo, a robarme mi minuto Odol de pena en el aire; por lo tanto, y percatada yo ya (yoya) de qué se trataba el asunto, procedí a darle ánimos con una energía que, si utilizara para ordenar mi cuarto, provocaría un escándalo de envidia entre las vecinas (o dos). Cuando ella me dijo "¡ohhhhhh! ¿en seriooooo?" yo respondí "sí, pero bueno, son cosas que pasan cuando uno trabaja con tinta y papel". Cuando me dijo, casi en un suspiro estentóreo que no, que no podía hacer nada, que tendría sí o sí que ir a la editorial a cambiar mi ejemplar, y no a una librería de acá a dos cuadras de mi trabajo, le respondí "bueno, veré cuándo puedo ir". Ella, que no era ninguna tonta, contraatacó e intentó hacerme el gol de caño, y en un lamento señaló "pero es que no vamos a tener ejemplares hasta dentro de dos días". Firme, le contesté "eso no es ningún problema, te llamo dentro de unos días, iré cuando esté".
Cuando se dio cuenta de que no podía conmigo, simplemente me pidió un número de teléfono para poder comunicarse, y dijo que me avisaría cuando los ejemplares llegaran de la imprenta.
Nos despedimos con un "hasta pronto entonces, María Laura, y muchas gracias" "Pronto me pondré en contacto con vos, Milena, muchas gracias a vos".
Ahora tengo miedo de una certera estocada final. ¿Qué pasará con el nuevo ejemplar? Creo que voy a tener que leerlo nuevamente desde el principio. ¿Cómo sé que en el nuevo va a decir lo mismo que en el que yo tengo? ¿Qué pasa si en lugar del prólogo está el Manifiesto Comunista o si en lugar de En Matilde hay una página llena de Haikús incomprensibles? Y con lo que resta, qué pasa si me cambian el cuento del final por el capítulo de un libro de historia de los de Pigna? Y lo que es peor... ¿si no me doy cuenta y después ando por la vida hablando de lo bien (o mal) que escribió Cortázar acerca de Belgrano?
¿Eh? ¿Qué hacemos? ¿Seguimos viviendo con esta inseguridad?
La duda me carcome.

domingo, 17 de mayo de 2009

Benedetti

Vuelvo
quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo

Hay tanto siempre que no llega nunca
tanta osadía tanta paz dispersa
tanta luz que era sombra y viceversa
y tanta vida trunca

Vuelvo y pido perdón por la tardanza
se debe a que hice muchos borradores
me quedan dos o tres viejos rencores
y sólo una confianza

Reparto mi experiencia a domicilio
y cada abrazo es una recompensa
pero me queda
y no siento vergüenza
nostalgia del exilio

En qué momento consiguió la gente
abrir de nuevo lo que no se olvida
la madriguera linda que es la vida
culpable o inocente

Vuelvo y se distribuyen mi jornada
las manos que recobro y las que dejo
vuelvo a tener un rostro en el espejo
y encuentro mi mirada

Propios y ajenos vienen en mi ayuda
preguntan las preguntas que uno sueña
cruzo silbando por el santo y seña
y el puente de la duda

Me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron / yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo

Tira y afloja entre lo que se añora
y el fuego propio y la ceniza ajena
y el entusiasmo pobre y la condena
que no nos sirve ahora

Vuelvo de buen talante y buena gana
se fueron las arrugas de mi ceño
por fin puedo creer en lo que sueño
estoy en mi ventana

Nosotros mantuvimos nuestras voces
ustedes van curando sus heridas
empiezo a comprender las bienvenidas
mejor que los adioses

Vuelvo con la esperanza abrumadora
y los fantasmas que llevé conmigo
y el arrabal de todos y el amigo
que estaba y no está ahora

Todos estamos rotos pero enteros
diezmados por perdones y resabios
un poco más gastados y más sabios
más viejos y sinceros

Vuelvo sin duelo y ha llovido tanto
en mi ausencia en mis calles en mi mundo
que me pierdo en los nombres y confundo
la lluvia con el llanto

Vuelvo
quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo.

Mario Benedetti (14 de septiembre, 1920 / 17 de mayo, 2009)

martes, 12 de mayo de 2009

Literalmente perdida

¿Puede decirse que una persona que se perdió en la feria del libro estuvo "literalmente perdida"?

Algo así me pasó. Me perdí tratando de embocar dónde estaban los stands que quería visitar, porque la feria es (era, porque cerró ayer, pero suele serlo) enorme, pero también me perdí (además de perderme a Bernardito Stamateas, gracias, pero paso) porque me quedo pensando, ahora, que terminó, en lo que me quedó de la Feria, y en lo que significa para mí.

Creo, para empezar, que se convirtió en un negocio aún mayor de lo que ya era, y que "la noche de los libros" (con entrada gratuita) no alcanza a compensar las expectativas que ahí depositamos cuando vamos (o cuando nos quedamos con las ganas de ir). La entrada es cara, y la fortuna que cobran para alquilar los espacios (y no sólo los espacios: teléfono, servicio de Internet, de limpieza, seguridad, etc.) impide que las editoriales puedan poner ofertas, lo que se dice ofertas. A excepción del último día, cuando los expositores -para tratar de volver con el flete lo menos cargado posible- bajan un poquito más sus precios, entonces encontrás algunas o varias cosas que valen la pena, por un precio más o menos apetecible.

Pero bueno, para quedarme, prefiero quedarme con otras cosas que me hicieron bastante feliz la visita. Fuimos dos veces, y ayer volvimos cargaditos: Henning Mankell, Julio Cortázar, Leonardo Moledo, William Shakespeare, Alonso Cueto, Alfredo Bryce Echenique (sí, Apa, lo voy a leer: tenés razón, no lo puedo juzgar), Clarice Lispector, Guillermo Martínez vinieron con nosotros también.
Davu fue el domingo y volvió contento con su ejemplar de F.Mérides truchas firmado por Daniel Paz (y, con tono de vecina clueca: "si mis hijos son felices, yo soy feliz tambiéeeeeeeeeeennn").

El 30 fuimos a ver a Henning Mankell, nos quedamos boquiabiertos, y ahí me perdí. Me perdí pensando en cómo la bronca cotidiana que provoca en uno un mundo injusto puede transformarse en obras bellas. Me perdí en sus historias, porque puedo imaginar sus contextos, y porque encuentro ahí un pequeño objetivo para mí (¡¡ahhh!! ¡¡era para eso que servía la cultura!!). Algunas anécdotas fueron especialmente divertidas, como cuando recordó que siendo muy joven vivía en un departamento prácticamente vacío y sin luz, a excepción de la del horno, hacia donde acercaba la mesa y su máquina de escribir para trabajar por la noche. Me pierdo escuchando cómo este hombre, que vive seis meses en uno de los lugares más "inseguros"* del planeta (Maputo, África, donde mueren miles de hambre y sida), trata de transformar todos los días esa bronca en obras que hagan de este mundo un lugar mejor, haciendo política sin convertirse en político, matando gente sólo en sus ficciones.

Me pierdo pensando en lo que dijo, y que quiero que se convierta en objetivo para mi trabajo y para mi vida. Resistencia e imaginación: resistencia para no acostumbrarme al mundo así como así, así como está; imaginación para pensar de qué forma puede ser mejor.

Esta es una de las tantas maneras en las que uno, perdiéndose, puede encontrarse, supongo.


* Entrecomillo "inseguros" para reirme un poco de lo que en este país muchos califican como "inseguro" mientras miles mueren de hambre. Una de las cosas en las que Mankell puso el acento fue en que Suecia -su país de origen- no es esa sociedad ordenada que todos imaginamos, que eso es una construcción que hicimos nosotros de Suecia, es lo que preferimos creer. Allí también hay problemas. ¿Será cuestión de "construir" una imagen mejor para nuestro país, de creérnosla y de actuar en consecuencia de lo que queremos creer?

Cholulez: fuimos a que nos firmara libros, obvio.

domingo, 3 de mayo de 2009

Lo siento, pero ando con otro

... Y me parece que me quedo con éste.

Hay que probarlo todo. No quiere decir que no vaya a volver con él, que es quien me enseñó casi todo lo mucho o poco que sé del tema.
No sé, a lo mejor peco de histérica o algo así, no me importa. Rara vez me interesa lo que digan los demás; sobre todo cuando lo que dicen sólo se basa en prejuicios recontra remanidos; por lo tanto, no me voy a poner delicada con este tema, vamos...

Todavía algunas cosas me confunden, es cierto, pero finalmente, se hacen más o menos de la misma manera con cualquiera.

También tengo, aún, uno u otro problemita con algunas denominaciones, pero palabras más, palabras menos, voy entendiendo. Y, lo más importante: los "botones" que hay que apretar para provocar las reacciones son, también, más o menos los mismos, aunque vos los llames de una manera, y yo esté acostumbrada a llamarlos de otra.

Por ahí alterno, no creo que ninguno de los dos tenga la capacidad de ofenderse (celos, a esta altura de la historia, ¡por favor! ¡"capacidades"...! vamos, si es que se le puede llamar así a hacer dos o tres cosas respetablemente bien...), y un día usaré a uno y al siguiente al otro.

En la competencia, cada uno quiere demostrar que es mejor que el otro, así que, en esa riña, yo seré al fin la ganadora, qué tanto.

Cuando uno se cuelgue con una u otra tontería, cambio y chau. ¿O no somos modernos?

Pero esto de linux me está gustando, ¿eh?


¿Qué? ¿Pero qué pensaste?

¿Ves?, al final vos también sos un malpensado...

Me hubiera gustado que me dedicaran...

  • Cartas a Milena (obvio) - Franz Kafka

Algunos libros que me hubiera gustado escribir... Bueno, por lo menos los leí!

  • Rayuela - Julio Cortázar
  • El libro de los abrazos - Eduardo Galeano
  • Alicia en el país de las maravillas - Lewis Carroll