lunes, 1 de agosto de 2016

De lo que no hablo

Mientras me obliguen a atrincherarme en contra de mi propia clase, no. No voy a hablar de López, ni de la corrupción del gobierno anterior, ni de lo que faltó, ni de lo que se hizo a medias.
A mí, oblígame a hablar de todo eso cuando te falte el trabajo, cuando no tengas qué darles de comer a tus hijos, cuando no tengas que vivir de prestado.
Y no quiero que se me pase la indignación, no quiero que mengüe, no quiero olvidarme. Porque no hay nada más burgués que la comodidad de un sillón desde el que critico al que hizo algo por no haberlo hecho todo.
No voy a hablar de López con vos, que vas dos veces por año a Europa y tres o cuatro a Brasil, pero decís que te llegó una factura muy alta de gas o de luz y que eso es indignante. Pagala. Pagala porque es lo justo, porque es lo que quisiste aunque votaras a otro. Pagala vos, pero vos, que podés pagarla, peleá para que no la pague el que hoy no tiene plata para el boleto.
No voy a hablar de corrupción con vos; no hasta que dejes de levantar ese centavo que encontraste en el piso “porque no es mío”. No hasta que dejes de coimear canas cuando te pasaste un semáforo en rojo; y te defendés diciendo que el Estado debe dar el ejemplo. Sí, es lo deseable, que el Estado dé el ejemplo. Pero si no lo hace, hacelo vos, porque vos también sos el Estado, entonces si te corresponde una multa, vas y la pagás, y cuando la vas a pagar decís “Esto que hago yo debería hacerlo el Estado”. Hacés eso y te filmás, con esa lógica de selfie que lo invade todo, y lo mostrás en todas las redes sociales.

No discuto con vos si todo es lo mismo o son todos iguales; no hasta que vos demuestres que sos distinto, o hasta que te empieces vos a cambiar algo. Porque estamos en el mismo barro hoy, entonces quiero discutir de igual a igual algunas cosas. Y si son todos iguales y eso te harta, te quiero al lado mío en la plaza, te quiero en la protesta, no te quiero en la queja al pedo. Y no te olvides de lo más importante: te quiero. Puedo discutir hasta el hartazgo, pero te quiero porque somos iguales, aunque vos desde tu sillón pienses que hay que cambiar todo pero no te movés de ahí. Te quiero porque aunque ahora creas que son todos lo mismo y blablablá, un día te va a pasar como a otros, y te vas a quedar sin laburo y te vas a dar cuenta de que no te queda más remedio que quererme al lado tuyo para pelearla juntos. Es la única manera de cambiar algo, ya que tanto se habla de cambiar. 

3 comentarios:

Alejandra M. dijo...

Lo leí dos veces ...admiro a las personas, que pese a todo, pueden construir puentes.

Milenius dijo...

Es un objetivo... No siempre se puede o se tienen ganas.
Gracias por la visita, Ale.
Abrazo.

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Hablemos de las monjas.
Mentira, es broma.

Es cierto lo que decís, pero qué lejos estamos de cambiar, al menos así lo siento yo.

Me hubiera gustado que me dedicaran...

  • Cartas a Milena (obvio) - Franz Kafka

Algunos libros que me hubiera gustado escribir... Bueno, por lo menos los leí!

  • Rayuela - Julio Cortázar
  • El libro de los abrazos - Eduardo Galeano
  • Alicia en el país de las maravillas - Lewis Carroll