jueves, 14 de octubre de 2010

Bajo tierra

Ayer lloramos todos, creo. Es increíble cómo, siendo tan distintos, tan pero tan individuales y específicos, hay cosas que nos unen. En el espanto, en la emoción, en la solidaridad. Esto es empatía, dicen.
Ayer lloramos todos, y mientras veíamos los rescates, ¿quién no se puso a pensar en las cosas que tiene y no valora? ¿quién no pensó que Dios o esa idea que tenemos de él, finalmente, existe?

Más allá del lugar común en el que caigo al decir lo que digo, me pongo a pensar en otros lugares comunes. Que son los que nos hacen "especie humana", ¿no? El dolor, el sufrimiento, la alegría sincera, algunas indignaciones, las necesidades básicas, el amor, la amistad, la fidelidad, la confianza. Todos sentimos estas cosas de distinta manera. Hasta un punto. Hay una delgada línea en que toda diferencia desaparece (o debería desaparecer, porque de lo contrario ¿cómo sobrevivir?) y deja lugar a lo básico, lo fundamental. Si hay momentos en que "todos somos uno", creo que ayer fue uno de ellos, y que muchos o todos o algunos aprendimos algunas cosas. No todo se comparte, hasta que llega el momento de tener que hacerlo, y ahí surge el verdadero yo. Y al verdadero yo no le queda más remedio que luchar por sí mismo y también por los demás. No hay amor en todo lo que hacemos, hasta que algo nos pone frente a la disyuntiva de aferrarnos a la vida o dejarnos ir sin luchar. Ahí se espera que aparezca otro que nos ayude a salir a flote. Ahí aparece el amor, nuevamente, en su más básica expresión (que no por básica es tonta o simple). No siempre sentimos empatía con el otro. Hasta que algo sucede, y dejamos de ver en el otro la diferencia y empezamos a ver que no es más que otro yo, con las mismas ansiedades, dolores, amores e inquietudes. Lo que le duele, en definitiva, me duele a mí.

Y está bueno. Bajo tierra somos todos iguales. En la superficie, también. No estaría mal recordarlo todos los días. O un par de ratos al día.

 

15 comentarios:

Verónica Molina dijo...

Fue realmente muy conmovedor. A pesar de lo cursi puesto ahí adrede en algunos casos (Piñera cantando y otro tocando la guitarra al lado, ponele), toda la situación del rescate fue muy emocionante.

También creo que en situaciones extremas el ser humano es tremendamente solidario, como corresponde. Como las hormigas, las abejas o tantos otros animales que sobreviven en comunidad, el hombre ahí se acuerda que es uno más y que debe ayudar y ser ayudado si quiere sobrevivir. Cuando esa misma actitud la querés replicar "sobre la tierra", las cosas cambian, porque entonces el ser humano es un bicho más egoísta. Naturalmente más egoísta: sigue necesitando de los demás, pero cada vez menos en lo que es fundamental para sobrevivir, porque las sociedades están muy desarrolladas como para que se nos haga evidente que debemos agradecer y disfrutar de cada cosa básica que tenemos. Excepto que estemos bajo tierra, no nos damos mucha cuenta de todo lo que disponemos: porque tenemos mucho, muchísimo y hasta demasiado, pero por eso mismo vivimos como anestesiados, también.

Excelente post, Mile. Me hizo pensar ustét, pa'variar. ;)

Milenius dijo...

Vero: a Piñera lo hubiera amordazado cuando sacaron al último minero. En ningún momento se le ocurrió pensar que ese hombre, además de "récord Guiness" (como se ocuparon de resaltar todos los medios) es eso: un hombre, que seguramente necesitaba YA del abrazo de otras personas y no un discurso proselitista... Pero bueno, ahí va la vida.
Anestesiados: esa es la palabra. Pensamos que lo que tenemos hoy lo vamos a tener siempre, y aún más, y poco reparamos en lo que ya tenemos y cómo cuidarlo. Y la verdad es que no sabemos nada, y cuidamos muy poco los vínculos que nos hacen, de verdad, estar vivos.
No importa. Cada uno aprende como puede, aun cuando no quiere.

¡Besos, doña!

Zippo dijo...

Ahora me explico el motivo por el cual no podía dejar de ver en pantalla cómo iban saliendo todos y cada uno de los mineros.Tenía una enormidad de cosas para hacer afuera y en casa; pero me sentía, casi te diría, obligado a estar frente a la tv; pese a que el proceso de rescate se repetía una y otra vez. Pero cada vez que uno salía, estallaba de júbilo en mi interior.Fue una especie de comunión entre seres humanos, Mile.

Gla dijo...

Absolutamente.....
Y el valor de esos rescatistas, del primero en particular, que ignoraba la suerte que correría mientras esa cápsula lo sumergía en la tierra...
¿Había alguien de sus afectos esperándolo? No...simplemente otro ser humano...Me quedo con eso...

Vesper Lind dijo...

Mile, me encantó , que bien escribis ...lo que tambien me es la descripcion del yo frente a otros en problemas, cuando uno se da cuenta que el otro es igual , que cierto es.
Estaba leyendo el comentario de Vero y justo pensaba, cuanto mas facil seria la vida de los paises y quizas del mundo si esa parte nuestra que nos obliga a querer ayudar al otro en su momento límite pudiera aflorar siempre, cada día, o si estuvieramos programados en un porcentaje para el yo y otro por pequeño que sea para el otro....
Por suerte el imaginar la utopía es posible.
Besos Mile , Feliz dia de la madre!

Milenius dijo...

Zippo: ¡y esto es una especie de milagro también! Que haya un momento, aunque sea muy de vez en cuando, en que todos queremos lo mismo, y que eso que queremos sea algo bueno. Ese júbilo es alegría por el otro, ni más ni menos, ¿no? Estaría bueno no tener que llegar al límite entre la desgracia total (que podría haber sido) y el milagro salvador para darnos cuenta de que siempre, alrededor nuestro, hay alguien que necesita algo.
¡Besos!

Milenius dijo...

Gla: sí, totalmente. Supongo que, más allá de que haya sido la función que debían cumplir, también tuvo que haber una especie de "fe ciega" en que lo que hacían iba a dar resultado. Porque por más que te juren que eso va a funcionar, ¿alguien podría haber firmado un papel que dijera "Va a salir todo bien"? Calculo que ese temor, esa soledad del viaje habrá sido compensada con la enorme satisfacción de haberle salvado la vida a alguien.
¡Saludos!

Milenius dijo...

Vesper: ¿sabés? Prefiero ser optimista y pensar que, si estos sentimientos pueden aflorar una vez cada tanto, podrían hacerlo siempre. Depende de nosotros, ¿no? Pero está bueno reconocer que podemos preocuparnos por otra persona y no sólo por nosotros mismos. Es una capacidad que podría desarrollarse mucho más, calculo... Es cuestión de tener siempre buena leche, y actuar en consecuencia.
¡Besos y mil gracias!

El Viejo @gustín dijo...

Hola Mile.
Comparto contigo, un mail que le envie a un amigo chileno el sàbado.

Buen dìa Eugenio.

Espere unos dìas para escribir este mail, para que baje un poco la ola mediática.
En Argentina una gran mayoría de compatriotas, acompañamos toda la jornada de rescate.
Con emociòn, nos emocionamos y nos alegramos de cada uno de los valientes mineros rescatados.
La entereza, la solidaridad, el coraje, son sinònimo de un pueblo Grande.
De un estado que se ocupo de ellos y los rescato, a cualquier precio.
De un pueblo que acompaño y los recibiò como lo que son, trabajadores dignos,
De un presidente, que estuvo al pie, hasta que saliera el ùltimo.

Salud Chile; le espera un gran futuro como Naciòn.

Abrazo Amigo,

Independientemente, de la posiciòn polìtica, debo rescatar la actitud.
y el no desentenderse de la realidad.

Beso Mile

El Viejo @gustín dijo...

Ahhhhhhhh, me olvidaba
FELIZ DIA DE LA MADRE!!!

Milenius dijo...

Hola, @gustín: concuerdo en todo, porque no se puede negar que el Presidente estuvo allí haciendo el aguante, y que todo (o gran parte) podría haber salido muy mal, y allí estaba él para bancarse los palazos si esto ocurría. Pero hay algo que es innegable también, y es que en este tipo de trabajos los obreros están muy descuidados, y eso se lo dijo el último que salió a Piñera (que lo cubrió de palabras demasiado, a mi entender, y no lo dejó hablar): "Esto no TIENE que volver a ocurrir". Y desgraciadamente, ocurre (Página/12 de ayer dedicó una columna a relatar cuántos mineros murieron en estos días en otras minas latinoamericanas, por ejemplo). Entonces, antes que arrogarse el triunfo del rescate y de ponerse a dar discursos, debería plantear una política seria de protección a los trabajadores, y un replanteo de toda la actividad minera en general. Esto no solamente en Chile, por supuesto.
Lo destacable y lo emocionante es que todo hubiera estado tan bien organizado y saliera, finalmente, muy bien. Eso es lo que nos emociona por estos días.

Beso, y mil gracias.

El Viejo @gustín dijo...

Si, Mile, pero sin entrar en controversias y menos aùn sin pretender defenderlo a Piñeira, el es Presidente de Chile hace meses y sucediò a 4 gobiernos de la coaliciòn, y en donde nada se hizo, para aumentar la seguridad en la minas y menos aùn para que cobren sueldos dignos, cosas que también dudo q haga Piñeira y del que seguro podríamos esperar esa actitud, mezquina con la justicia social.
El progresismo,del que muchos esperamos; en Sudamérica pendula entre la inacciòn y la verborragia corrupta,la de los negociados, la del barrabravismo.
lamentable, para quienes esperamos el cambio.
besos vecina

La candorosa dijo...

Mire, no quiero pasar por insensible, pero no lloré con lo de los mineros ni me emocioné, al contrario, por momentos me pareció un show desmesurado y mediático, cual "reality show" armado para la ocasión.
Esto sin contar los estúpido de los comentarios de los periodistas, fastidiosos por demás. Creo que solo vi parte de la transmisión por obligación, ya que lo pasaba el plasma en la sala de espera en la que me encontraba!!

En realidad lo que más me preocupó, fue enterarme que mientras estaban en el rescate de estos mineros, en otra mina, en otra región de Chile, morían otros 3 mineros. Eso sin contar que las condiciones de trabajo de los mineros en Chile, es una de las peores DEL MUNDO.

Se que el último minero rescatado, era el "delegado", y ni bien salió de la mina, lo primero que le dijo al presidente, fue un reclamo por los trabajadores del sector y sus condiciones de trabajo.

Conclusión: este tipo de trabajos en el mundo, es el más cercano a la explotación esclava, que otra cosa.
Y es en eso donde habría que hacer hincapié y apuntar los "flashes" y micrófonos de la TV.

Saludos!

Milenius dijo...

@gustín: yo tampoco quiero entrar en controversias, pero no me animo a hablar de "verborragia corrupta" después de gobiernos como el de Méndez o Fujimori, para poner por caso, en Latinoamérica. Y no soy chilena, no puedo opinar acerca del gobierno de Piñera. Lo único, sí, me hubiera parecido muy pero muy acertado que guardara un silencio respetuoso frente a lo que pasa (y de paso voy contestando un poco a Candorosa) con la situación de los mineros en nuestro continente y, hay que decirlo, de muchos trabajadores.
Abrazo, vecino.

Milenius dijo...

Candorosa: sí, a mí también me pareció, coincido plenamente con usted; y, como comenté en otro blog, no vi la transmisión completa, prendí de a ratos la tv para ver cómo iba la cosa, pero en general, lo que me pasó durante todo el día es que solamente lo pensaba y me daban ganas de llorar. Al fin y al cabo uno no es inmune (aun viendo poca, escasísima tele, como es mi caso), y fue inevitable enterarse de esto. Y me conmovió muchísimo. Desgraciadamente, sé que hay montones de injusticias de las que no me entero, pero bueno, así está la cosa.
Vi cuando rescataron al último y, tal como le dije antes a @gustín, lo que me pareció es que Piñera debería haberse callado la boca. Pero claro, cuando el señor le dijo "esto no tiene que volver a ocurrir", el presidente se mandó un discurso bien a tono con el momento para tratar de silenciar un reclamo justísimo. Pareció decir "sí sí, querido, dejemos eso para después, que ahora está la tele del mundo".
La situación de estos trabajadores ha sido y es penosa. Esto conmovió muchísimo por la cantidad de gente y, sobre todo, por el tiempo que pasó entre el derrumbe y el rescate. En Página salió ayer una columna con datos sobre otros mineros en otros lugares de Latinoamérica, y ya sabemos que éste no es (ni será, desgraciadamente) el único caso.
Como comenté en otro blog amigo, cuando terminó el rescate, con todo el respeto que me merecen estos señores y la horrible situación por la que pasaron, apagué la tv. Hoy veo en Página que algunos periodistas compartieron la primera cena de uno de ellos en su casa con su familia, y no lo leí ni pienso hacerlo. De golpes bajos estamos hartos. Lo que rescato es la conmoción que nos produjo, y la empatía, sobre todo, cuando nos enteramos de lo que les pasa a otros seres humanos que un día cualquiera, en su trabajo cotidiano, se encuentran con un golpazo que les cambia la vida de repente.

¡Besos enormes, doña, y feliz día de la madre!

Me hubiera gustado que me dedicaran...

  • Cartas a Milena (obvio) - Franz Kafka

Algunos libros que me hubiera gustado escribir... Bueno, por lo menos los leí!

  • Rayuela - Julio Cortázar
  • El libro de los abrazos - Eduardo Galeano
  • Alicia en el país de las maravillas - Lewis Carroll