Hoy hubiera sido el cumple número 86.
86 años "no es nada"...
Ahora, diez de ausencia son como mucho...
Me quedan algunos consejos:
"A palabras hipertróficas, oídos peripatéticos"
"Ya que de todos modos vas a tener arrugas, tratá de que te queden las de la risa, y no las del enojo"
Heredé sus dos extremos: su predisposición al buen humor, y al malísimo. La impulsividad y algo de su energía inacabable (hubiera podido poner en funcionamiento una central atómica, pero no arreglaron honorarios...).
Una vez, y este es un recuerdo que compartimos con mis hermanos, no sé por qué, estaba enojadísima, y acuñó una frase insólita que hoy acompaña más de uno de nuestros diálogos:
"Cuando uno está ciego no ve nada"
Decirla y largar la carcajada (a pesar de la furia) fue todo en un solo momento.
Los chicos siempre me critican cuando como: dicen que mi comida se enfría mucho más rápido que la de ellos, que no saben cómo hago. El otro día, Nick quiso comer unos ravioles que yo había dejado. "Imposible, están helados. ¿A vos no te enseñó a comer la abuela? Porque a mí me enseñó, y yo no me olvido: 'empezando de afuera, para adentro, para no quemarse, y para mantener la comida lo más calentita posible'". ("ahhh", dije yo haciendo memoria, "lo recuerdo, para la sopa". A lo que Nick respondió "los conocimientos son extrapolables").
No fue extrapolable su sabiduría para hacer tortilla de papas. Jamás me salió igual.
Cuando Davu tenía algo así como un año y medio, y lloraba y yo no podía más, ella se lo llevaba a su reposera con un librito de figuras de animalitos: "¿Cómo hace el perrito? ¿Cómo hace la vaca? ¿Y el gato?...". Al instante de estar con "lalá", "el pequeño criaturo", como ella le decía, se mataba de risa.
Me acuerdo cómo lloré el día que me enteré de que la gente se moría... Y cómo me consoló diciendo "pero para eso falta muuuuuuuuuucho".
Al final, no fue tanto. No es tan larga la vida.
Será que hay que aprovecharla.
En eso estamos.
Algo de las muchas cosas que le gustaban muchísimo:
16 comentarios:
Eeeyy.. lograste con un post que no supiera si reir o llorar. Una pena que ya no esté la vieja, pero me alegra que guardes los mejores recuerdos :D
Un beso, Mile!
Halle: ¿será que es así la vida, nomás? ¿Que uno no sabe si reír o llorar?
¡Muchas gracias! Y un beso grande para vos.
Un beso grande.
Lindos recuerdos...¡Y es lo que perdura a través del tiempo! ellos y el cariño compartido...
Evidentemente su madre era una "maga" insuperable, eh!!!
Y como para no recordar a estas mujeres que no solo nos dieron la vida, sino que la rociaron con el color de su experiencia...
Pucha, que me hizo saltar los lagrimones, ¡¡¡recordando también a la mía!!!
Besotes ¡¡¡y candores amplios pa'usté!!!
Un ser amado que ya partió, sigue vivo en la medida que lo recordemos.
Cuando la resignación supera la desesperación se puede vivir la paz del recuerdo.
Hermoso homenaje.
Un abrazo
Mostro: gracias, otro para vos.
Gla: uno tiene que saber valorar los recuerdos, ¿no? Hay gente que no tiene de los buenos. A mí me apena mucho eso. No todas eran rosas, obviamente, pero prefiero quedarme con los lindos.
Candorosa: sí. Hacía callar al "adorable criaturo", así que no hay dudas de que guardaba algo de magia...
Deje que el lagrimón se piante, no viene mal.
Y después, un brindis, ¡shalú!
¡Besos!
Winter: no tengo dudas de eso.
Por suerte, supo también mitigar ese terror que me dio la muerte llevando una vida muy activa, cosa que supo contagiarme (no tanto, la verdad, ojalá pudiera...).
¡Muchas gracias! Un beso.
Estimada, el duelo es muy complejo cuando nos vincula el cariño, los recuerdos se sienten como agujas y a medida que pasa el tiempo maduran reafirmando el sentimiento.
Todos hemos perdido, yo padecí la pérdida de mi abuela, Doña Dora, y mi manera de mantenerla viva en el recuerdo es a través de mi cocina.
Me halagaría que visites las siguientes entradas de mi blog, donde recuerdo:
rosca
fideos
Saludos.
¡Hola, Germán! Bienvenido por estos pagos.
Sí, como dije antes, no todas fueron rosas, no fue fácil ser hija de mi madre (?), imaginate esa energía inacabable depositada en ¡sus hijos!
Pero he decidido conservar los buenos recuerdos, por suerte. No tengo energía (ni lugar, mirá) para guardar los otros.
Y te cuento que ya anduve por tu blog, por recomendación de Nick (miabuelaesdealer), el criaturo mayor. El problema es que a tu blog no se puede entrar si uno está hambriento, ¡¡¡el otro día casi me morfo el monitor, amigo, ponga una advertencia!!!
Un saludo, gracias por pasar, espero verte por aquí otra vez.
Huy, no me digas que Nick es tu criaturo...jajajaja.
El pobre publicó un review de un celular y yo me colgué con una cuestión totalmente ajena en los comentarios. Decile que me disculpe.
Sabés una cosa, mi abuela Dora también era muy, pero muy difícil, entiendo tu sentimiento.
Saludos.
Creo que las personas que nos marcan nunca son "fáciles". De todas formas, a mí me gustaría tener la mitad de la energía que tuvo mi vieja...
Con respecto a Nick, no sé, se está bañando, pero yo creo que te disculpa si nos hacés unos volováns con lo que sea (no me hagas escribir en francés a estas horas!!!).
Ah, sí, acá disculpamos en equipo, qué tanto.
Un beso.
Comparto tu sentimiento, Mile. Yo llevo atesorado en mí el legado de mi vieja, y por donde voy cito sus palabras y llevo su recuerdo. Y eso es no morir, qué te parece.
Zippo: más que de acuerdo.
Y no fue poco lo que me dejó y lo que puedo transmitir.
Y mis nietos sabrán preservar su comida calentita, ¡que no es poco!
Un beso.
Ahora entiendo!!!
Si tengo unos prometidos, el único tema es que solo cocino los fines de semana, no trabajo en gastronomía, por eso se me complica durante la semana.
Pero, si, voy a preparar unos Volován.
Besos.
Podemos esperar, no hay ningún tipo de problema...
Un beso.
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