"Una multitud de jóvenes madrugadoras, venidas como yo a respirar el aire embalsamado de la mañana, ocupaban los bancos, o bien polqueaban, deslizándose rápidas sobre el césped, estrechamente abrazadas, sonriendo con el confiado abandono de esa hora matinal en que los hombres duermen y el mundo parece habitado por mujeres".
Juana Manuela Gorriti, Peregrinaciones de un alma triste, en Panoramas de la vida, Eudeba, 2018, p. 86. (Edición original, 1876).
La sororidad es eso a lo que hoy nos animamos a ponerle nombre. Apropiarse del mundo que se habita, sabiéndonos dueñas de él aunque conociendo y reconociendo la injusticia de que se nos haya dejado siempre a un lado. Invitar, con una mirada cómplice, a otras a ser dueñas también, a hacerlo y a transformarlo juntas.
Hermanas.
4 comentarios:
Me encanta que hayas vuelto a este lugar tan hermoso.
Gracias! A mí también me pone contenta que me hayan dado ganas otra vez de andar por acá. Baja un poco el ruido que me están haciendo las redes últimamente. Quiero dejar de estar indignada y nada más. Besos, bella!
Estoy buscando el "Me gusta", maldita costumbre...
Me encanta tu vuelta, voy a tratar de seguirte como corresponde.
Puedo decir que cada día voy aprendiendo más acerca del feminismo y es estimulante lo que han ido logrando sabiendo el punto de partida. Desde mi lado trato de hacer lo mío, mejorar y criar hijos no-machitos, porque además del respeto al/los otro/s géneros también les otorga libertad y eso es gracias a este gran movimiento.
Seguro tiene falencias, pero hay que bancarlo, a veces se nota que entre las mismas integrantes se pierde esa "sororidad" pero es el camino.
Re bienvenida!
¡Gracias, Sergio!
Vos buscando el "me gusta" y yo la respuesta más rápida. ¡No! ¡Justamente volví para que no sea todo tan fugaz! ¡Ja!
Estoy de acuerdo. Hay falencias, como las hubo y las habrá en cualquier movimiento, y justamente tienen que ver con eso que comentás, creo. Esa falta de solidaridad entre pares, esa falta de escucha, y esa costumbre tan bien arraigada que tenemos todes en mayor o en menor medida, de bancar al patriarcado a costa de lo que sea. De ponernos solidaries con el statu quo, como si a este no le bastara con todos los medios que tiene a su alcance para seguir subsistiendo (claro que ya no le está resultando del todo suficiente, ojo). Una mezcla de "cuidado, que no se enoje el patroncito" con falta de sensación de pertenencia y querer distanciarse de lo que provoca disturbios, de lo que cuestiona. Yo creo que nos pasa a todas de vez en cuando, de enojarnos con las pares más de lo que deberíamos. Estoy en plan de preguntarme "por qué" el enojo con una mujer cuando me sucede. Como para empezar por casa.
¡Abrazos, Sergio, y gracias por pasar!
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