jueves, 20 de mayo de 2010

Ponerse en perra...

Todo en la vida es cuestión de mantener el equilibrio. Esta frase (diez palabritas que, dichas así, hasta parecen bobas), resulta ser muy difícil de internalizar, de hacer propia.

Algo así como que te den la dirección de un lugar pero no te digan cómo llegar y sin tener la Filcar a mano. Es decir: como que te dejen más o menos en bolas y te digan: "fijate, la ropa está por allá (eso sí, no sabemos si hay de tu talle)".

¿Qué es "mantener el equilibrio"? Sí, sí, ya me dirán ustedes (o no, tal vez me lo digo a mí misma): "Bueno, ayudar pero no dejar que te zapateen en la cabeza", "tener en claro con quién estamos enojados, para no agarrárnosla con el otro al divino botón", "ir por la vida teniendo claros los objetivos, pero también sabiendo cuándo es momento de frenar un poco", 

Sí, sí. ¿Y me podés decir cómo?

Supongo que es un camino minado de pozos y, por lo tanto, lleno de metidas de pata. Si cada vez que nos equivocamos sólo estuviéramos implicados nosotros, y bueno, qué se le va a hacer. El buey solo bien se lame (las heridas). Pero la cosa se pone más problemática cuando el tropezón llena a quienes nos acompañan, también, de moretones.

Gran parte de ese equilibrio depende de los límites que establezcamos respecto de los demás, del respeto por el propio espacio y por nuestras decisiones.

Una joda, porque, al menos yo, nunca sé si cuando pongo un límite estoy, simplemente, diciendo "hasta acá, y no me pidas más que esto" o si simplemente me estoy "poniendo en perra".

Recuerdo que cuando hacía terapia, a este mal lo llamaba "exceso de catequesis". Ser buena, poner la otra mejilla, tratar de ganarme el cielo fueron las excusas que usé durante años para no poner límites con algunas personas, para dejar que invadieran mi espacio. Para ser una víctima, en fin (ja, si quiero, le gano a Jesús).  "Yo no soy La Hija de la Lágrima. Soy la madre" fue una de mis frases de cabecera.

Pero hoy, después de años de batallar, no puedo evitar, casi cada vez que le pongo un freno a alguien (por suerte hay excepciones, situaciones en las que ya tengo clarísimo que no quiero que me jodan y puedo expresárselo al otro con seguridad), pensar "se me fue la mano".

Por supuesto, cuando es otra persona la que sufre algún abuso, no tengo ningún problema en identificarlo y decirle "tenés que decir no". Pero cuando me pasa a mí, siento que estoy ladrando y gruñendo.

Maldita subjetividad, cómo rompe las pelotas a veces. 

Catarsis (laboral), que le dicen.

45 comentarios:

AVISO EN LA WEB dijo...

Jajjaaa..es la vida...!!!

Cordialmente y un gran saludo
Jorge de Monte Grande, Pcia.Bs.As.Argentina

Abrujandra dijo...

Uf...justito, justito caen tus palabras Mile.
Bellísimo escrito amiga.

Milenius dijo...

Jorge: ah, la vida es así... Me cachis...

Beso.


Abru: gracias gracias. Besos.

Milenius dijo...

Ya van dos y ninguno de los dos me tiró una pista.

Esmérensennnn.

Gla dijo...

Tal vez sea la transición, dejar de ser la Madre Teresa no te convierte en Judas, aunque a veces te sientas así.
Si hay algo que voy aprendiendo es que, si vos no pensás en vos misma nadie lo hace por vos, en todos los órdenes de la vida. Y más aún si es en el ámbito laboral. Eso es el trabajo, la vida no pasa por ahí...definitivamente...

Milenius dijo...

Gla: ¡Gracias! (una que se jugó, muchachos).
Sí, definitivamente debe ser así, pero ¿por qué le damos tantas vueltas al asunto, no? Porque a muchos no les importa nada ni se plantean tantas cosas como una sí hace. Ojo, no soy la Madre Teresa, no, ni ahí, pero tengo metida en la cabeza una cosa de "ser siempre buena" que más de una vez me juega en contra.
En fin. Será cuestión de seguir batallándola...

¡Besos!

Verónica Molina dijo...

Ay... el "exceso de catequesis"... cómo jode llevar eso sobre las espaldas!!! Ponés un límite de vez en cuando, y ya sos una perra! Mirá, a veces me pasa lo mismo en algún laburo, también: me parece que es mejor ser respetuosa del otro, entenderlo, no generar quilombos... y por ahí me paso de rosca.

Lo irónico es que se respeta mucho eso que por ahí no hacemos, justamente: poner el límite, "no dejarse pisotear". Mierda, si yo trato de aguantármelas... me pisarán más, entonces?

Comprendo tu situación, Mile. Y creo que sí o sí hay que aprender y volverse más "groseramente atea": menos catequesis, porque sinó los caraduras van a lograr que nos tape el agua. Tenemos que ser laboralmente darwinianas, Mile, porque sólo sobrevive el más fuerte.

Pucha, leíste eso último que escribí? Podés creer que lo haya escrito yo? Jaaa!

Besos.

PD: no, no es fácil.

Milenius dijo...

Vero: Sí, puedo creer, así como puedo creer cuando le digo a otros algunas cosas, porque ¿viste? cuando le pasa a otro es más fácil (¡agghhh...! la "maldita subjetividad").
Me gustó lo de ser "laboralmente darwinianas". Cuesta horrores (a mí me cuesta horrores, la verdad sea dicha), pero sí, hay que evolucionar respecto de algunas prácticas, ponerse más a tono con los tiempos que corren.
¡Mirá si por ser bastante nabas después vamos al cielo y Dios nos caga a pedos por tontas! No, definitivamente, no me lo bancaría. Eso sí... ¿se lo diría a él?

Ya veré.

¡Besos!

Milenius dijo...

Al final soy una "perra que ladra". Quería que mi post fuera "de los malos", y termino casi orando...

Juas...

Menos mal que es tan divertido reírme de mí misma.

Marcelo Cafferata dijo...

Nuevamente me pregunto.... y me pasa una vez mas! Quien me manda a leer este tipo de post a esta hora de la noche que me dejan en el mismisimo existencialismo?! Eh? Quien?

Mile, genial, vivido, soy de tu club.
Cuando digo en la oficina "Se me habra ido la mano?" me mira mi asistente y me dice "Que?! Ni empezaste...."
Cuando creo que fui claro, rotundo, cotundente... al otro todavia ni le hizo cosquillas.
Seria un buen termometro para los que tenemos este problemillo que cada vez que estamos pensando que se nos fue la mano, tomemos exacta conciencia de que recien ahi tenemos que empezar a decir lo que verdaderamente teniamos ganas.

Rapote dijo...

Yo creo que tenemos (sí, estoy generalizando) una tendencia a creer que todas nuestras acciones -e inacciones- son causales de efectos importantes en los que nos rodean, en todo nuestro entorno.

Y la mayoría de las veces, esto no ocurre.

Pero tranquilos, esto no quiere decir que nuestros actos no tengan consecuencias. Cada uno de ellos las tiene.

Creo que -sin tampoco exagerar y mucho menos llegar al nihilismo- hay que pensar menos en las formas y no hacer tanta retrospectiva ni proyección sobre lo ya actuado o lo por actuar.

"(...)Y el Sol, el Padre Sol, el raudo foco
Que fomenta la vida en la Natura,
por fecundar los polos no se apura.
Ni se desvía un ápice tampoco..."


¡Salud!
;) Rapote

Milenius dijo...

Marcelo: ¡quiero una asistente! Sobre todo para que me diga eso, "Todavía no empezaste". Está bueno, por lo menos, que alguien de afuera te abra los ojos cuando las cosas ocurren.
Sobre todo por eso de "... todavía ni le hizo cosquillas". Yo no me doy cuenta, o no termino de darme cuenta, y a la primera cara de culo del otro empiezo a preguntarme, como vos, si no se me habrá ido la mano.

Y enlazo esta respuesta con la de Rapote: tenés razón, sí sí, ¿para qué darnos tanta manija con las relaciones de causa y efecto cuando la cosa no es de vida o muerte, ni tan jodida (ni para nosotros ni para los demás)? A lo mejor no deja de ser un exceso de ombliguismo...


Todo bien ahora que lo escribo, vamos a ver qué pasa la próxima vez que tenga que poner un límite...

¡Besos a los dos!

Un helecho que dice la verdad dijo...

Hola, Mile, me sumo al comentario de Abrujandra, tus palabras me caen en los ojos justo-justo. A veces por no echar a perder una amistad o una simple relación de trabajo uno se calla, va juntando presión y al final tenés una bronca bárbara, pero no podés decir nada porque no da estallar como bomba y si le mostrás toda la ristra de macanas que se mandó, sos una perra... resentida. Hace poco me dieron un consejo que puesto en práctica me fue útil: ¡ponerse en el lugar del otro! Vos no decís nada por no echar a perder una relación, pero el otro ¿piensa igual antes de actuar? si no lo hace, una de dos, o no le importa lo que vaya a pasar, o cree que la amistad o compañerismo son lo suficientemente sólidas como para bancarse esas cosas. (Eso último aplica en malas contestaciones, mala onda general y demás, no sacarte las comisiones de venta por ejemplo!) Besos. Espero volver en serio al mundo blogueril en algún momento (y más inspirada que recién) :S Besos de nuevo.

Milenius dijo...

Pirlusa, ¡qué alegría que hayas vuelto! Te hacía escondida en una cueva de Uycaramba y decidida a no dirigirles la palabra nunca más a los medios (ni a los enteros tampoco).
Evidentemente, la idea que tuve el otro día (libros de autoayuda personalizados, con capítulos intercambiables) no es taaaaaan delirante.
Está bueno lo de ponerse en el lugar del otro. Porque eso uno lo piensa siempre cuando el otro está mal, triste, pero no cuando nos contesta mal o exige cosas que no le corresponden o cuando se está portando como un nabo. Ver cuánto le importa seguir con la relación nos puede poner en perspectiva.
Puta digo, che. No terminamos nunca de aprender.
Besos, Pirlusa, ¡la queremos de vuelta!

El Mostro dijo...

"poner la otra mejilla, tratar de ganarme el cielo" las máximas boludeces que se pueden hacer, maldita religión idiota. Que se vayan a cagar todos. No ser una guarra hijaputa, pero tampoco una pelodura sedienta de martirio.
Hay que pararse firme, esbozar una sonrisa y decir 'no'. ¿Se ofenden? A llorar a la Chacarita, a la tumba de Gardel.

Besos.

p/s: La subjetividad apesta.

Gla dijo...

Si te consuela somos dos las que compartimos la misma lucha...
Y voy a prendiendo a decir las peores verdades con diplomacia y muchas veces a través del humor...Te juro que de esa manera acusan recibo mucho mejor....

Verónica Molina dijo...

Leyendo los comentarios, me parece muy bueno el aporte de Rapote (no por nada tiene las mismas letras que "aporte", chán!): uno tiende a sobredimensionar el efecto de sus acciones. Y creo en lo que dice Marcelo, también: uno cree que "se le fue la mano" y el otro todavía ni acusó recibo.

Creo que hay que plantarse más firmemente en los laburos. El punto es que uno no es un bicho "parcelado", no? Yo en mi trabajo también pongo una carga afectiva, personal, también. Y aunque me cuesta admitirlo así tal cual, siempre creo que si uno respeta al otro, ese otro va a hacer lo mismo con uno. Y en los contextos laborales, donde todo se mezcla tanto (en defitiva, estás mucho tiempo compartiendo cosas con gente que no elegiste ni te eligió) la cosa no es tan transparente. A veces se respeta más al bicho jodido que al que parece Bambi, no?

Me viene bien este post, Mile. No sé si podremos cambiar "tanto", pero defintivamente, el límite hay que marcarlo. Y parece que lo tiene que marcar uno, no hay alternativa.

Cariños... y buen finde!

Germán dijo...

A ver, tal vez no entendí muy bien de que se trata, por lo tanto sabras disculpar si mi comentario suena medio desubicado, pero, tus dudas salen del laburo?
De ser así, que se vayan todos a la concha de su madre!!!
Saludos.

Milenius dijo...

Mostro: ¡sos un verdadero mostro! En parte tenés razón, sí, nos llenan la cabeza de cosas que después nos arruinan una buena porción de la vida.
Pero hay cosas que sí me parecen un valor, y que (quién te dice, no sé cómo hubiera sido yo sin la educación que tuve) me las enseñó la religión (más allá de que ahora no practico ninguna, y más allá de que la iglesia católica lo único que hace, día a día y desde que empecé a razonar más profundamente, es decepcionarme más y más. De las otras no hablo porque no tengo idea).
Para mí no está mal ser buena (pero también me tendrían que haber enseñado a respetar mi propio espacio), y tratar de serlo cada vez más me parece importante. Creer en el otro, confiar, también me parecen valores importantes, y no pensar todo el tiempo "me quieren cagar", "me quieren afanar", o "a ver qué rédito puedo sacar del otro". Tenderle la mano a alguien que necesita de mí me hace crecer como persona (y esto lo digo porque lo siento de verdad). El tema, como todo, es cuando algún nabo se quiere aprovechar y no ve el límite, no ve que me está jodiendo, o piensa que sólo estoy ahí para solucionarle la vida. En ese caso, mi problema es cómo me tomé las cosas, ok, pero el otro también tiene un problema: no sabe ubicarse. Y estaría bueno que se diera cuenta.
Es más, yo abogo por una materia en la escuela (en la pública, por supuesto, porque en muchos colegios privados ya existe algo parecido) en la que se les enseñe a los chicos a convivir con el otro, a respetar, a "tener piedad" en el buen sentido de la palabra. Creo (y trato de no decir esto como si fuera una vieja chota "ay, los chicos de hoy en día". No, apunto a otra cosa, de verdad), creo que muchas cosas se perdieron (gracias a muchas "grandes políticas" de estado), y que hay que recuperarlas.
En fin, que en tratar de vivir se nos va la vida.

Besos, Mostro, y gracias. ¡Tu sinceridad y tu mosteridad son siempre bienvenidas aquí!

Milenius dijo...

Gla: sí, yo también aprendí en estos últimos años (uno se la pasa aprendiendo) a hacerme respetar en muchos espacios. Y sí, el buen humor siempre "amortigua" las peores verdades. Pero hay momentos en que me siento una pelotuda, lisa y llanamente, y no sé qué responder cuando alguien abusa de mi paciencia.

¡Besos!

PD: una vez escuché que el verdadero dicho es "mal de muchos, consuelo DE TODOS" (y no "de tontos"). Siempre, ver que a otras personas les pasan las mismas cosas que a uno nos da una sensación de contención, y nos abre puertas para encontrar soluciones juntos.

Milenius dijo...

Vero: lo que decís vos es tal cual. Yo no puedo ser otra persona cuando voy a trabajar. Soy la misma, que trabaja.
Hay una cuestión de sintonía, sí, pensamos "no le hagas a otro lo que no te gusta que te hagan", y creemos que todo el mundo piensa igual. Y el otro se caga en uno, y cuando lo cagan a él piensa en lo injusto que es el universo...
Hay que mandar a pasear a más de uno, sin pensar todo el tiempo "¿habré sido muy dura?". Lo que dice Rapote, y sabiendo que (Marcelo dixit) al otro probablemente recién empezó a hacerle cosquillas.

¡Besos! Buen fin de semana para vos también.

Milenius dijo...

Germán: ¡me hiciste largar la carcajada!

¿sabés qué es lo peor? que "la madre" del que originó el post es mi jefa.

Chan.

Besos, ¡buen fin de semana con buseca o locro para vos!

El Mostro dijo...

Me perdí después de "En parte tenés razón", pero no importra, estoy de acuerdo. ¬¬

Yo apuntaba más a que es deber de los padres apuntalar a sus hijos, ayudar a su autoestima. Que sean buenos, si, bondadosos, también, pero que no se dejen avasallar.

(You Gotta) Fight for Your Right!

Besos.

Germán dijo...

Unas consultas:
Te pagan bien?
Estás cómoda en el laburo?
Podés progresar?
Te da satisfacciones?

Si alguna tiene como respuesta un NO, hechalos a la concha de su madre.
Saludos y buen fin de semana.

Milenius dijo...

Mostro: tenés razón. Yo también me hubiera perdido. Sufro de incontinencia dactilógrafa.

Exaaaaaaacto, ¡algo así como lo que vos decís!

Besos resumidos.

Milenius dijo...

Germán:

a) maso (el sueldo era malísimo, pero por eso peleé, y llegué al "maso". Dudo que pueda avanzar mucho más).

b) De vez en cuando.

c) Sí, pero sólo porque yo hago méritos, no porque allá me vayan a dar un ascenso ni nada por el estilo. Es lo que aprendo lo que me hace progresar.

d) Sí.

Conclusión: un tiempito más, y si la cosa no mejora, a la concha de su madre...

¡Besos y gracias!

Lores Jane´s dijo...

Mil! Si,muchas veces me senti de esa manera...la bronca es la cara del otro que sabe que es una porqueria y sin embargo uno que siempre quiere hacer las cosas bien, una vez que se enoja es la "perra"...si, da mucha bronca...


Besos!

Lores Jane´s dijo...

Mil! Si,muchas veces me senti de esa manera...la bronca es la cara del otro que sabe que es una porqueria y sin embargo uno que siempre quiere hacer las cosas bien, una vez que se enoja es la "perra"...si, da mucha bronca...


Besos!

Milenius dijo...

Lores: vos me entendés, Lo. Es así, qué le vamos a hacer...

¡Besos!

Germán dijo...

Disculpame, "echalos" no "hechalos".
El apuro por escribir, viteh.
Besos

Milenius dijo...

:)

Todo bien, no soy una correctora perra...

Cris dijo...

Es que no dejarse invadir no está reñido con la buena educación. La asertividad consiste en defender los propios derechos y decir no sin ofender a nadie.
Practiquemos!

Besitos!!!

Milenius dijo...

Cris: todo eso lo sé en teoría. Cuando pasan las cosas es cuando no sé si estuve bien o me emperré.

¡Besos!

gamar dijo...

Perdón, me repite la pregunta?

Elisa007_ Estrellandose contra el mundo que la rodea dijo...

creo que ponerse en perra es una de las cosas que mejor sabemos hacer las mujeres cuando nos emperramos, je, saludos y http://manualcotidiano.blogspot.com/

Milenius dijo...

Gamar: mmm... mejor no, se me complica un poco...

¡Saludos!

Milenius dijo...

Elisa: sí, seguramente, cuando tomamos carrera difícilmente nos pueden parar...


¡Saludes, y bienvenida!

Flor G. dijo...

Culpógena?!?!?!
Nahhh esa palabra no la conozco. Tampoco "límites".
De qué cuernos estas hablando mujer??!?!
Poner límites sin sentirte culpable??!?!
Pero por favor!!! De que disparate estas hablando?!?!?!

Off the record: me siento sumamente identificada con este post

Anónimo dijo...

Que tema dificil.
Dejemoslo en lo laboral y en cualquier otro orden de la vida, creo que cabe en todos, (ahora lo estoy dejando en otro orden de la vida, porque es lo que está ocupando mi mente) y me pregunto si el equilibrio existe o es solamente un exceso de racionalidad.
uy! no, no puedo opinar.
un beso

Milenius dijo...

Flor G.: ¿identificada? ¿con este post? Pero por favor... En realidad, escribí en primera persona, pero le pasa a una amiga mía...

:)

¡Bienvenida! Saludos.

Milenius dijo...

Ana: ¿qué fue lo que te dejó sin poder opinar? ¿te vinieron a buscar para salir o se rompió el teclado?

:)

¡Besos!

PD: El equilibrio está sobrevalorado, me parece.

La candorosa dijo...

¿No será que hay límites que vienen acompañados de culpa?

Libresé de la culpa y verá como los límites tanto para usté como para quien los recibe, ¡¡serán útiles y ejemplificadores!! (fuáaa!!!)

¡¡Disfrute de la vida sin sufrimientos!!(?)

Le mando unos abrazos embanderados!!!

Milenius dijo...

Ayyyy, Candorosa: yo sé que tiene usted razón, que es la culpa y sus aditamentos (la cosa nunca viene sola...) son culpables de mis devaneos (a veces bastante nabongas, hay que decirlos).

Cuando me envalentono, digo "bah, pero y a mí qué corrrrnos me importa", y me mando como guerrera a la defensa de mis derechos.

Y a veces me apachucho como una salama. Es así. Pero, como dije antes, de la teoría a la práctica hay un paso que no me atrevo a dar a veces. ¿Será el charco, serán los zapatos? Vaya uno a saber.

Pero sé que tiene razón.

¡Besazos y gracias!

Zippo dijo...

Excelente post. El camino de la coherencia e integridad, es siempre el más largo. Coincido en todos y cada uno de los comentarios, para qué voy a decir más.Sólo enfatizar que el peor enemigo de los límites, es lo culposo.

Milenius dijo...

Zippo: ¡agggghhhh! La culpa, la culpa...
Cuesta, pero una va aprendiendo.

¡Saludazos!

Me hubiera gustado que me dedicaran...

  • Cartas a Milena (obvio) - Franz Kafka

Algunos libros que me hubiera gustado escribir... Bueno, por lo menos los leí!

  • Rayuela - Julio Cortázar
  • El libro de los abrazos - Eduardo Galeano
  • Alicia en el país de las maravillas - Lewis Carroll