Me enojo porque es un quilombo de gente. Me enoja llegar y no conseguir fácilmente lugar para estacionar (el precio del estacionamiento es un despropósito. Me da risa porque dice "un hotel para su auto". Y sí, con lo que te cobran para dejarlo ahí, lo mínimo que pueden hacer es cambiarle el aceite, lavarlo y cargarle el tanque). Me enojé este año porque la entrada por Santa Fe está cerrada, y hay que entrar por Sarmiento. La vereda de Sarmiento es un desastre porque la están arreglando (o algo así sugieren los carteles) y nadie se preocupó por hacer algo para que los cientos de personas que entran por día no tuvieran que sortear pozos, barro y, por supuesto, a los cientos de personas que salen. Me enoja el precio de la entrada, no importa que casi todos consigamos una o varias gratis: el precio es otro despropósito.
Pero... la feria es la feria, y si no voy, siento que a mi año le faltó algo. Fuimos el viernes, doctor Nick y yo, y trajimos libros, libracos y libritos, y tenemos para un buen rato. En Tusquets nos hicieron el 20% de descuento presentando la libreta de estudiante (gracias, Nick, por haberla llevado). De allá trajimos dos de Mankell de la serie Wallander (dato: híper recomendables la serie sueca, los sábados a la noche por Film & Arts, y la inglesa, protagonizada por Kenneth Branagh, que se consigue... por ahí, usted me entiende. Excelentes las dos): El hombre sonriente y La leona blanca, y también, Los libros de los otros, de Ítalo Calvino. Ya ahí me desenojé por haber tenido que caminar tanto para llegar.
Último round y La vuelta al día en 80 mundos, dos de Cortázar que no teníamos, fueron nuestras siguientes adquisiciones. Péguenles una miradita a la tapa y la contratapa de Último round: compensan el valor del libro completo.
Ahí ya me había olvidado de la cola para canjear la p... entrada de Ñ.
Después de dar un par de vueltas, me encontré con un stand chiquitito, medio escondido: Librería de mujeres editoras. Ahí encontré Escapada, de Alice Munro, sobre el que había leído una estupenda crítica. Mientras lo embolsaban, vi que tenían también varios de Margaret Atwood. Pregunté precios; la dueña de la editorial los hizo bajar de la estantería y... ¡oh, sorpresa! No sólo los bajó de la estantería, sino que los bajó de precio: me dejó cuatro... ¡¡por cien pesos!!: Penélope y las doce criadas, Doña Oráculo, El quetzal resplandeciente y otros relatos, y Orix y Crake (y de yapa, me dijeron que necesitan editoras, quién te dice...).
Paseamos un rato y vimos a alguien que ya forma parte del escenario de la Feria: Rep. Si no lo viste a Rep, es porque no fuiste a la Feria, porque ¡está siempre!
Desenojada por completo, volvimos a casa, donde Davu nos esperaba con pizza (preparada por él) y empanadas (encargadas por él).
¡La vida es buena!
23 comentarios:
Oh...
Recuerdo mi excursión anual a la Feria del Libro, yendo un día de semana con mi tarjeta de estudiante... Eso sí, no recuerdo que me hayan hecho descuento jamás!
Lucky girl!
No conozco la feria del libro porteña. Conozco la santafesina, que por lo que hablé con Dave (Mientras preparaba las pizzas y los esperaba a ustedes) es algo así como un 2 o 3% de la feria de Bs As.
En la feria santafesina no hay sillazos, no hay escraches, un embole :P
Acá la feria es un lugar a donde las librerías del centro ponen en oferta los libros que no pueden vender durante el año. Muy triste.
Me gustaría ir a una feria en Bs As, aunque no soy un fan de los libros, nomás a conocer y pasear por ahí.
Alicia: si no pedís descuento, raramente te lo hacen. Hay que hinchar. Yo soy de las que mucho no se animan a pelear precios, pero esta vez me animé.
Beso.
Halle: la de Santa Fe debe ser como la que hacían acá, en Ituzaingó.
Si estás acá en la próxima, vamos. Vale la pena, por lo menos para chusmear un poco.
¡Beso!
Me alegro que te hayas desenojado. Yo evito ir a la feria...
LO mejor de este relato es que yo haya preparado la pizza y encargado las empandas :D:D
Me alegro que lo hayas pasado bien y te hayas desenojado :D besos madre.
Bellos encuentros entre libros, con enojos y desenojos. Tal cual la portada de Cortazar. No dejamos de ser cronopios... bellos ochenta mundos.
Pero... qué día perfecto! Libros, gangas, furias de lo más razonables, gastronomía casera y afectiva... qué más quiere, Milenius?
Menos mal que dejó plasmado este día en su blog, para que cada tanto, cuando dude de que la perfección exista, vuelva a leer detalladamente en qué consiste un milagro.
PD: la portada del libro de Cortázar es genial, gracias por subirla y compartirla generosamente! =)
Jooo, qué bueno. Aquí (en Cáceres) apenas se celebra, ponen un par de puestos más caros que en la librería y a correr.
Qué bueno eso de llegar a casa y encontrar la cena echa...
Besos!
Mostro: y hoy voy de nuevo.
Besos.
DK: sí, yo también me alegro. Sobre todo por no haber cocinado.
J: ojalá fuéramos cronopios. Nos falta bastante. Es una aspiración importante, porque también oxigena.
besos y gracias por pasar.
Vero: la perfección existe, aunque se esconda detrás del manojo de quilombetes que conforman nuestro día.
¡Tendré que volver a leerme, cada tanto!
besos y bienvenida de vuelta!
:)
Cris: es lo más cercano a la perfección de la que hablamos más arriba.
:)
besos.
siii libros, muchos libros, ahora necesito tiempo, mucho tiempo.
Si! evidentemente, hay días en que la vida es perfecta, a pesar del enojo inicial, que se diluye enseguida. Que bueno!... esas son las cosas que hacen sentir que todo vale la pena!
anoto tu lista de libros recomendados.
un beso
buen paseo!!!!
Beso vecina
Pero digo yo? Será posible? Te deje un comentario re-largo y re-lindo (que modesto resulto ser en algunas ocasiones) vengo para ver tu respuesta. Y que? Ah claro, el Sr. Blogspot ahora tambien esta en mi contra...!
Se alinearon los planetas esta semana! Eh?
Bueno, basicamente no se si es que lo borraste ahora que te sacas fotos con Haroldo y con Cortazar. Que me vas a venir a dar bola a mi, no?
Mile: basicamente veo que aprovechaste la feria como la mejor!!!! porque cuando fui tengo la nostalgia de las anteriores ferias, cuando el mundo no era tan globalizado y tocar un libro proveniente de otras tierras era una rara avis. Ahora, hay algunos stands interesantes, otros que tienen pilas de libros con olor a humedad porque los sacaron a airear de los sotanos y los ponen en mesas al mejor postor.
Las mismas librerias de Corrientes con los mismos libros de oferta con el mismo ordenamiento de todo el año y creo que esta es su unica gran oportunidad de sacarselos de encima...
Digamos, extraño a la feria del libro de "antes". Menos "Feria" y mas "libro".
Se entiende o ya me estoy poniendo demasiado pero demasiado viejo al estilo "todo tiempo pasado fue mejor"?
Besos!
Hola, Marcelo: ¡que me corten los dedos antes que borrar un comentario! (si es respetuoso; de los demás, he borrado alguno, sí). Se entiende, se entiende. Y tenés razón, sí, pero hoy (fui de nuevo) comentábamos esto de que a muchos nos cuesta "enojarnos" con la feria. Yo la critico bastante, hay muchas cosas que me parecen mal: el precio de la entrada (creo que tendría que ser gratuita), la escasez de descuentos (salvo algunos casos, no hay mucho descuento, y esto un poco tiene que ver con la ley de precio uniforme y otro poco con lo que cuesta alquilar un stand: muchísimo. También en ese sentido estoy de acuerdo en que algún "tiempo pasado" fue mejor, tanto para exponer como para ir a comprar... Me gustaría que fuera un poquito más humilde).
Pero hay una cuestión importante: no todos vivimos en capital y, aunque estemos más o menos cerca, difícilmente vayamos a ver libros un sábado a la noche a Corrientes (la adolescencia ya pasó, y no hay nada que hacerle). Cuando veo todos los libros ahí, qué querés que te diga, a mí me da una cosita que me gusta. Este fin de semana fue de descuento para la Conabip (Comisión de Bibliotecas Populares), y vino gente a compar de todas partes del país, y creo que vienen justamente por eso, por la oferta. La Feria no deja de ser un punto de encuentro y un lugar donde podés ver todo (o casi todo) lo que hay.
En Ituzaingó, donde yo vivo, por ejemplo, hay dos librerías: puro best seller y alguna que otra cosa. El mes pasado fui a una de ellas a comprarle un libro a mi ahijado, y me dijeron que no podían ofrecerme nada, lo tenían todo guardado porque en estos meses se dedican sólo a vender libros de texto...
Además, los primeros días, cuando aún no está abierta al público, los editores hacen negocios de compra y venta de derechos (gran parte de lo que se vende en una feria tiene que ver con los negocios que se hicieron el año anterior) y también hay seminarios y encuentros de editores, traductores, bibliotecarios y profesionales del libro en general.
Insisto: hay que ir los últimos días para conseguir rebajas interesantes (con tal de tener que empaquetar menos y desarmar lo más pronto posible, en algunas editoriales se juegan con descuentos de últimos días...). Y también hay que buscar en los stands chiquitos, y dejar de lado un poco a los monstruos: la mayoría de esos descuentan poco y nada.
En fin, para los que trabajamos en esto es un mes movidito, y es un momento en el que podemos mostrar lo que nos tiene ocupados el resto del año.
De algo hay que vivir.
¡Un beso y gracias por pasar!
Ana y @gustín: ¡Gracias!
Besos.
Nick: yo también.
¡Ya sé! Tengo una idea: no trabajemos más.
Oops. No vamos a poder comprar libros.
No. No sirve. No sé.
En fin, besos.
Leía tu entrada acompañada por S.Menor que se le piantó un lagrimón cuando te vio actualizada y dijo "la extraño"...esto sólo para hacerte sufrir un poco.
Algún día quisiera ir a la Feria del Libro.
El final del día estuvo impactante ¿no?
Podría titularse "desembrollo del día que me requetenervié"
Te quiero.
sniff... sniff...
Yo también la extraño y la quiero a la Bauchis Patagónicus. Decile. No te olvides. O que me lea.
Besos y abrazos enórmicus, yo también te quiero.
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