No viajé muchas veces en avión, por lo tanto para mi, es toda una experiencia. Y dos despegues y dos aterrizajes en un día, es como mucho.
Escala en Salta, y espera: en Jujuy, después de seis meses de sequía, la tormenta es atroz. Por si esto fuera poco, a la hora en que tendríamos que haber llegado, en Jujuy hubo un temblor.
¡Despiértame, cuando pase el temblor!
Al día siguiente, el amigo Emilio (un amigazo que vive allá y nos mostró algunas de las maravillas de este lugar) nos llevó a la Cuesta de Lipán, en el departamento de Tumbaya. El camino es (como todo en Jujuy), en subida y serpenteante, y cuando uno llega a su punto más alto (el Abra de Potrerillos, nada más y nada menos que a 4.170 metros sobre el nivel del mar), el aire falta y la cabeza está embotada. Pero mucho antes de llegar allá, dos paradas, una en el mirador de León; la segunda en Purmamarca.
Mirador de León
Purmamarca. Las montañas, ahí mismito...
De allí, directo a la Cuesta, ¡que cómo cuesta!
4.170 metros sobre el nivel del mar
Bajamos hasta Salinas Grandes. Y tan grandes son, que todo está hecho de sal. Hasta la confitería:
Había un poquito de viento:
¿no me parezco a Capusotto?
Después la sigo...
7 comentarios:
Lindo lugar, no sé si te lo comenté, pero trabajé dos años en Jujuy, recorriendo toda la provincia.
Saludos.
Jajajajajaja... los pelos por Dios!!!!
Hermosas las fotos...waiii con tu "jefe" que fue al mismo lugar...
Besos
A partir de ahora, usté será mi "héroa" (no me da ponerle "heroína" da como drogueti, vio?), pues al ver las fotos desde el avión ¡¡midióoo!! a mi se me caería el estómago!!!
Llegar a los 4 mil y picos metros de altura, meta tranco y tranco ¡¡yo me muero!!
Su foto con los pelos al viento ¡¡muy capusotteril!! ajajaaaaa
Le mando unos abrazazos admirados, todos pa'usté!!!
Germán: no sabía. Suerte la tuya, de verdad, porque es hermoso. Quedé con ganas de volver.
Un beso.
Lores: lo de los pelos fue como demasiado. Desenredarme el pelo me costó dos horas más o menos, y litros de crema de enjuague.
¿mi jefe fue allá? ggggg
besos y gracias.
Candorosa: le agradezco, vio, pero no subí a tranco y tranco. La mayor parte fue en auto, trepamos en algunas partes. De todas formas, le cuento que eso fue el primer día, y cuando quise subir ese escaloncito que hay en la parte inferior del mojón, sentí que las patas me pesaban unos quince kilos más. Fue demasiado para gente tan de llanura como una. Volví mareada y cabeceando la mayor parte del camino...
Con respecto al avión, hice de cuenta que estaba en una montaña rusa (que me encantan).
¡Besos salitreños y apunados!
Que periplo tan regio!
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