viernes, 10 de septiembre de 2010

Refrito mal (pero internacional)

A los doce años le dije a mi mamá que no me iba a casar virgen y casi me mata. Era una niña insolente. No sé de qué se asombraba mi mamá, ella también fue una niña insolente en más de un sentido.

Suelo decir que menos mal que no tengo hijas, porque no sé si sería buena madre de mujeres. No sabría enseñarles a pintarse, no sabría recomendarles ropa, y definitivamente, trataría de secar de cualquier manera cualquier mínimo brote de histeria... En fin. No sé cómo les iría a unas hijas mías en este mundo. Estoy segura de que no les sería sencillo, por eso el destino o la vida o los cromosomas de mi ex quisieron que yo tuviera dos varones.

Unas niñas insolentes. Adaptación del excelente cuento de Margaret Atwood Érase una vez.

Tomó la batuta Ant, y lo seguimos Cris, Pueblerino Cool y una servidora.

Es de hace bastante, pero me encantó hacerlo, me gusta lo que dice y me gusta cómo quedó.


11 comentarios:

El Mostro dijo...

"Pero era pobre".

buen finde.

Liduvina dijo...

Yo también pienso lo mismo con respecto a tener hijas mujeres.
Si embargo me consuelo pensando que posiblemente no les guste el maquillaje, ni combinar la ropa, ni sean histéricas.

Por supuesto, seguro pase todo lo contrario.

En un par de años te cuento :S

Milenius dijo...

Mostro: buen finde para vos y la Mostra también.

besos.

El Mostro dijo...

Gracias igualmente.

Milenius dijo...

Liduvina: ¡ay! yo no era la única. A veces me pregunto si mi mamá se preguntaría esas cosas. Claro que ella era coqueta y yo soy un zapallo. Tal vez pensó que, como ella, yo me haría hacer los zapatos a medida. Lo que heredé de ella fue su "insolencia" tal vez...

En fin. Meditaciones de sábado por la mañana.

Besotes. Dentro de un par de años (o los que sean) contame.

Liduvina dijo...

¡Noooo! Mi vieja también es re coqueta. Se viste con trajecitos y tacos, siempre elegante y combinada.
Ha intentado eso conmigo por muchos años pero no hubo caso.
Yo creo que justamente, los hijos nos revelamos contra esos modelos.

Por eso mismo es que voy a tener una hija como mi vieja o capitalista o abogada o afiliada al PRO, no sé (y voy a sufrir)

Milenius dijo...

jajajaja, Lidu: sí. Definitivamente, las hijas somos más que jodidas con nuestras madres. Igualmente, yo me quedé con las ganas de tener una. Aunque pienso que por ahí se haga del PRO o abogada y... qué querés que te diga, se me pone la piel de pollo. Mejor me quedo como estoy.

¡Besazos!

La candorosa dijo...

Me encantó el video, una coproducción impresionante!!!

Respecto a los hijos varones y mujeres, le cuento que cuando fui madre por primera vez, deseaba que fuera niña, pues por entonces no sabía como ser madre "de un varón".

La vueltas de la vida me pusieron como madre de un "varón" ¡¡y qué decirle!!, es tan diferente ¡y me encantaaa!!jaaajajaa

Niñas o varones, son geniales (y conste que crié a la niña sin puntillas ni "princesas" que valgan, eh!!!)

Saludazosssssssssssss!!!

Milenius dijo...

Candorosa: ¿vio? Acá no reparamos en gastos de producción...

Claaaro... como yo le decía a Liduvina: me quedé con las ganas de tener una nena. Usted se dio el gustazo y tuvo uno de cada...

no sé por qué pero no me imagino a Candorita reclamándole puntillas... Ya me la imagino a usted criándola, vea.

Besazos, doña.

Anónimo dijo...

AY! no puedo ver el video en la oicina, vuelvo desde casa...pero te cuento que siendo bastante parecida a vos, tuve una hija y me salió 10 puntos...ella me recomienda ropa y las dos hacemos frente común como madre-hija , grupo insolente, ante mi madre, que de insolente no tuvo ni un pelo.

un beso

Milenius dijo...

¡Bien ahí, Ana! Buenísimo. Ahora me pongo a pensar que no tengo hijas pero sí tengo sobrinas, y ¡una que me escucha! (¿serán muy graves las consecuencias?)

¡¡Besos!!

Me hubiera gustado que me dedicaran...

  • Cartas a Milena (obvio) - Franz Kafka

Algunos libros que me hubiera gustado escribir... Bueno, por lo menos los leí!

  • Rayuela - Julio Cortázar
  • El libro de los abrazos - Eduardo Galeano
  • Alicia en el país de las maravillas - Lewis Carroll