Me gustan los libros, me fascinan. Siempre me gustaron. Me acuerdo que, cuando era chica, en casa había un cuento en inglés (creo que era Peter and the Wolf): lo leía mirándolo, porque no sabía leer en inglés. Pero el libro más importante de mi vida (el libro de tu vida!!!!) fue, es y será El libro volador. Fue mi libro de lectura de primer grado. El otro día lo busqué en Internet, y encontré que un ídolo, Martín, lo escaneó y lo puso en un álbum Picasa.
Aquí está casi todo El libro volador.
También recuerdo con cariño (pero no tanto) a Mi amigo Gregorio, pero por culpa de la Señorita Gloria (puaj) odiaba el colegio y todo lo que tenía que ver con él. Así que un día volé de mi primera escuela y aterricé en manos de mi señorita Nélida, en la escuela 13, que fue la que me enseñó a querer aprender a leer.
De todas formas, no es que cuando lo volví a ver pasaron todas esas cosas de novela medio berreta (tipo "volví a la infancia de la mano de aquellas –léase aqueias– ilustraciones, me sentí nuevamente una niña en su primer día de escuela, bla bla bla bla"). No. La verdad es que lo sentí algo bastante lejano a mí hasta que releí esta frase:
¡Me caigo para arriba!
Ahí sucedieron esas cosas tan verdaderas que suceden muchas veces en las novelas berretas.
Hace un rato me fui a comprar un álbum de figuritas, y para la merienda me compraron Nesquick y Sonrisas.
3 comentarios:
Ahh que ternura, yo ya ni me acuerdo cuando empece a leer, que fue lo primero que leí o cosas así, creo que fue uno de ludovico en primer grado, despues de eso no estoy seguro de nada mas.
Yo amaba un libro de lectura que se llama Las casas del viento. Hace poco me reencontré con él.
Espero que leas comentarios tardíos.
Hola, Apa: yo ando buscando un ejemplar de El libro volador, espero algún día tener la misma suerte que vos.
¡Los comentarios nunca son tardíos!
Besos, gracias.
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